miércoles, 18 de marzo de 2009

Lynx pardinus


El aborto está mal. Es una experiencia indeseable para cualquier mujer. No debería suceder nunca que alguien se tubiera que preguntar qué hacer con la vida que crece dentro de sí. Sí, el aborto está mal. Es algo pésimo, porque todos tenemos derecho a nacer del amor de dos personas que se quieren, de dos personas que quieren tener un niño y se pasen días, tardes y noches haciéndose el amor para tenernos; si no, también tenemos el derecho de que, antes de nacer, una mujer sonría al hombre que quiere, le diga eso de "me tendría que haber venido hace dos semanas...", que él le devuelva la sonrisa y los dos se besen muy fuerte mientras cada uno se pregunta para sus adentros aquello tan bonito de "¡¿y qué coño hago yo con un (otro) hijo?!". El aborto, ya he dicho, no tendría que existir.

Hoy, por otra parte, en Sankt Pölten se "celebraba" -pésimo término- el juicio contra Joseph Fritzl. Está muy mal que se celebre ese juicio. Porque todos tenemos el derecho de tener a un padre que nos quiera, se preocupe de nuestra salud, nos cuide, nos mime... Sí, que se celebre el juicio este, es una cosa fea, mala, abominable.

Hace unos meses se constituía, en Camboya, el tribunal para juzgar los crímenes de los Jemeres Rojos. A estas alturas de texto supongo que no hace falta que os diga que me parece mal. Fatal. Horrible, vamos; porqué, bueno, todos tendríamos que tener el derecho a que no se nos saque de nuestras casas, se nos mate a los hijos, se nos torture, ¿no?

Pero el caso es que Joseph Fritzl violó a su hija. La violó, la encerró, volvió a violarla y, encerrada durante una eternidad, esa niña dió a luz a siete hijos, engendrados por su propio padre. El caso es que los Jemeres Rojos, bajo la tiranía de Pol Pot, mataban, secuestraban, torturaban... y en los campos de la muerte de aquel país del sudeste asiático, aún se pueden ver montones de calaveras apiladas en montañas macabras, recuerdo de lo que nunca debió ser.

Y el caso, es que también muchas mujeres se ven a veces con una cosa que crece dentro suyo y no saben qué hacer; y si dejan que siga creciendo, saben que sus vidas se verán arruinadas. Mujeres que no puedan mantener económicamente a esa criatura. Que no puedan educarla, darle afecto. Que no la quieren. Mujeres que tienen miedo que lo que nazca tenga los ojos del bastardo que las violó. Mujeres que no tomaron las precauciones que debían o que, de haberlas tomado, no funcionaron. Y en todos estos casos, el aborto me sigue pareciendo una cosa fea, pésima, abominable, fatal, mala, sí... pero al fin, un acto de bondad inmensa comparado con traer al mundo a un hijo que, por no tener, no tendrá el amor de su madre ni por un segundo de su vida.

Por todo eso, os invito a todos a visitar el blog de las linces para decirle a esta gentuza que es una pena que el aborto no existiera hace unos años.

martes, 10 de marzo de 2009

Saludos

Este blog nace con la humilde finalidad de no tener que enviar un e-mail a cada uno mis amigos para contarles mis quehaceres mundanos ni llenarles el mail de la oficina con las más absurdas anécdotas tipo "hoy he visto a un niño sacándose mocos": cuando tengan ganas de saber de mi -o un minuto de escaqueo en el curro- pueden bucear en este caótico diálogo entre el menda y el ciberespacio y enterarse un poco de lo que este servidor de Ustedes considera que es digno de remarcar en su vida.

En cuanto al blog en sí, prometo ser todo lo ordenado posible -los que me conocéis, ya os podéis figurar que esto será un caos- e ir actualizando el chiringuito este periódicamente. Vuestras opiniones me interesan en "cierto" modo, así que esta gente de tan maja de Google permiten que me las hagáis llegar al final de este texto, allí donde pone "rebuznos"; no me comprometo a contestaros a todos, ni mucho menos a estar de acuerdo con el punto de vista de cada cual, así que, si en mi puesto de trabajo me permiten usar la impresora sin límite, imprimiré los gruñidos que me parezca y ahorraré en papel higiénico. Aviso que vuestros comentarios los podrán leer también otros pollinos, y que no pienso actuar como moderador de esta cuadra, así que responsabilícese cada cual de las opiniones que esputa por esa boquita que le dió Diós. Si no sabes lo que es un rebuzno, pincha aquí y descubrirás qué clase de persona eres.

Los más avispados y la gente viajada os habréis percatado que este modesto sitio se llama "prenent el sol", porque, allá dónde me destinen, trabajar mucho no sé si trabajaré, pero intentaré que el darme a la buena vida sea el pan nuestro (bueno, el mío) de cada día. Además, podéis estar seguros de que pondré todo mi empeño en conseguir el fin máximo al que -como resumió el difunto Pepe Rubianes- todo ser humano puede aspirar, a saber: "follar, comer y bailar"; y aunque no sé si gozaré como me gustaría de los placeres de la cama, la mesa y la danza, una cosa tened por segura: allá donde vaya, tomaré mucho el sol.